viernes, 8 de junio de 2012

Puede Ser


"Que tal vez la vida no sea eso que esperabas, pero que hay momentos que son más especiales que cualquiera de los que imaginaste jamás."




Puede ser que el tiempo determine que ya está bien de pasar sin que nadie se lo pida, que se canse de ser el malo de la película, y no sólo se detenga, sino que decida retornar.
Puede ser que los años empiecen a decrecer, que todo vaya hacia atrás a una velocidad vertiginosa, que nuestro alrededor se sumerja en una vorágine de regreso al pasado, y, de repente, nos sorprendamos viendo cómo empiezan a desaparecernos cicatrices, heridas. Cómo notamos que, poco a poco, nos vamos sanando por dentro, que hasta desaparecen todos los malos recuerdos, que tenemos un dulce alzheimer, que sonreímos.
Que sonreímos.
Alzas la cabeza, poco a poco, incrédula y cansada, y, por primera vez, no ves lo mismo en mis ojos. No ves desahucio, ni hastío. Ves una mirada firme y segura, ves una esperanza... ves que puede ser verdad.
Puede ser que volvamos a ser amigos de esas personas con las que hace años que ni hablamos, por alguna razón que, hoy en día, ni siquiera recordamos.
Puede ser que tendamos la mano de nuevo, que no miremos para otro lado, que, cuando sintamos a la otra persona aferrada a nuestra muñeca, y veamos su mirada de agradecimiento, sintamos lo muertos que hemos llegado a estar.
Que tampoco es tan caro, ni tan desagradecido, el precio que se ha de pagar por estar vivo.
Que, aunque hoy no te parezca un día especial, quizás mañana lo recuerdes, y sientas una extraña nostalgia. Que a veces, las cosas que más lo son, no lo parecen mientras ocurren, sino luego, cuando reposan. O cuando ya han pasado.
Que no tenemos la vida más fácil del mundo, ni la mejor, ni somos de las personas con menos problemas en la Tierra. Que el día a día es jodido, pesado, y a veces inaguantable, pero que, cuando te paras a respirar, cuando lo piensas de verdad, ves que eres feliz. Tal vez a tu manera, tal vez no como creías de pequeño, ni como se entiende por felicidad en sí misma en la sociedad... pero lo eres.
Y tal vez, llegado ese punto, sientas lo vanas que son la mayoría de cosas que te rodean, y que no eres culpable por protestar por ello ayer, o mañana. Que es normal introducirte en ese torbellino, ser uno más, pero que de vez en cuando a uno le da por salir de ahí, a quitarse el traje de la vida y mirarlo colgado en la percha, y ver que quizás no te hace lo guapo o perfecto que un día esperaste, pero que te sientes bien con él, con sus taras y su elástico apretado.
Que no sabes muy bien cuando pasaste de ser un niño pequeño a algo parecido a una persona adulta, pero que al fin y al cabo estamos aquí, y estamos todos. Cada uno a su manera, pero lo estamos.
Que tal vez la vida no sea eso que esperabas, pero que hay momentos que son más especiales que cualquiera de los que imaginaste jamás.
Aunque, mientras los vivas, no los hayas sentido así.
Puede ser que el reloj dé marcha atrás, que seamos niños, que tengamos más de una sonrisa en la recámara. Puede ser que te pares a saber que duele, y que eso no siempre es malo.
Que si duele, es simplemente porque aún sigues vivo.
Y que tal vez no sea tan caro, ni tan desagradecido, el precio que se ha de pagar por ello.